La primera mayoría absoluta del PP en Andalucía de la democracia no solo confirma el cambio de ciclo en la región, sino que corrobora un trasvase importante de votos de los socialistas a los populares. Y, además, refuerza a escala nacional al partido que lidera Alberto Núñez Feijóo desde hace casi tres meses de cara al gran periodo electoral que toca en 2023. Y es que, además, el PP ha logrado con este triunfo reunificar el voto de centro derecha.
Feijóo se ha apuntado el primer tanto en su batalla contra Pedro Sánchez, quien no ha logrado capitalizar las medidas sociales de su Gobierno para hacer frente a las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania. El PSOE se queda lejos del millón de votos y empeora el último resultado de Susana Díaz en 2018, que ya supuso un descalabro para los socialistas.
El presidente del Gobierno no salió a valorar los malos resultados de su partido, aunque publicó un tuit felicitando tanto a Juanma Moreno como a su candidato, Juan Espadas, apuesta personal del presidente del Gobierno, por la campaña realizada. "Nuestro partido será siempre garante de los servicios públicos, la igualdad y los derechos sociales", concluyó Sánchez su mensaje en redes sociales.
Por parte del PSOE, la que sí hizo declaraciones públicas fue la vicesecretaria general, Adriana Lastra, quien achacó el acusado descenso a un candidato poco conocido y a los "ingentes recursos dados por el Gobierno de España", en referencia a los fondos europeos. Por contra, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, ya leen los resultados de ayer como el inicio del "tiempo de descuento del sanchismo", lo mismo que la secretaria general de su partido, Cuca Gamarra, que habló ayer de "fracaso del sanchismo".
El PP puede vanagloriarse de haber dado por superada la crisis interna que vivió en febrero. En solo cuatro meses, el ‘efecto Feijóo’ es más que una realidad que hasta ahora solo apuntaban las encuestas. El cambio en la correlación de fuerzas que se produjo ayer puede marcar el futuro de la política en España. No en vano, Andalucía, hasta ahora el gran caladero de voto socialista, es un buen laboratorio del panorama nacional, con 6,6 millones de electores. El propio candidato del PSOE, Juan Espadas, dijo la pasada semana en una entrevista para 20minutos que el 19-J suponía "una encuesta real para las próximas generales".
Con los resultados de este domingo, todo el Ejecutivo central queda tocado. No solo el PSOE, también Unidas Podemos, pues la marca morada en las elecciones, Por Andalucía, que integran Podemos, IU y Más País, solo ha conseguido arañar cinco escaños, pagando cara la desunión que exhibió antes del inicio de la campaña y poniendo en aprietos la marca nacional que presentará en menos de tres semanas la vicepresidenta Yolanda Díaz.
Pero además, la aplastante victoria de Moreno confirma la reunificación del centro derecha en torno al PP. El partido de Feijóo consigue frenar el ascenso de Vox y absorber el voto de Ciudadanos. Los naranjas desaparecen del Parlamento andaluz y confirman el descalabro que empezó en las últimas elecciones generales. Como en Madrid y Castilla y León, Ciudadanos no ha logrado rentabilizar su gestión en los gobiernos autonómicos.
Por su lado, para Vox, este 19 de junio deja un sabor de boca agridulce. Los de Abascal han conseguido sumar dos escaños, pero también ha retrocedido 7 puntos en relación con los 20,61 que cosecharon en las generales de 2019. No serán, por tanto, decisivos ni se acercan a las expectativas que tenían de ir copando poder autonómico y poder replicar la estrategia a nivel nacional en 2023.
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